• Seguramente presidirá el PRI para venderlo y enterrarlo

Miguel A. Rocha Valencia

No es noticia que la salida de José Narro del PRI y la negativa de Manlio Fabio Beltrones de acudir a las elecciones para nuevo comité directivo del tricolor, revela la descomposición de ese partido. Pero también deja claro que se inicia la venta de garaje de ese instituto político cuyos actores definirán su rumbo donde mejor les convenga.

Porque al final de cuentas y conociendo la triste trayectoria de quien seguramente se alzará con el “triunfo”, Alejandro Moreno Cárdenas, apoyado fuertemente por el también junior  Alejandro Ismael Murat Hinojosa y actual gobernador de Oaxaca, lo que queda del PRI saldrá a subasta.

Queda claro también que Moreno Cárdenas, cuya hechura se atribuye a Manlio Fabio Beltrones, ya que no sólo lo apoyó para su primera diputación y posterior modificación a la Ley para que ascendiera como el senador más joven y luego gobernador de Campeche, traicionó a su mentor y cambió de chaqueta cuando le convino.

Se sabe también que “Alito”, además de su gran amor al dinero, sí se puso a los pies de López Obrador y luego intentó recomponer la figura con un discurso que se escuchó más falso que una moneda de tres pesos.

De Alejandro Moreno igual se conoce su “facilidad” para reconocer y urdir negocios a primera vista, para hacer “favores” y entregar concesiones desde que se inició como diputado hace algunos años.

De él es la frase de “Tú crees, quiere darme un millón de pesos por esto que vale diez, que se vaya a la…” De eso fuimos testigos.

Camaleónico coincide en gustos y aficiones con su par, el heredero de José Murat Casaab, ex gobernador oaxaqueño, incluso son de la edad y se peinan igual. Esa coincidencia los hace mancuerna y cómplices.

Pero más allá de sus amistades y gustos, bien dicen que Alito llegará al PRI a subastar lo que aún queda de la franquicia, por convencimiento y ambición propios y porque así cumplirá el compromiso hecho con quien hoy detenta el Ejecutivo Federal: desmantelar lo que queda del PRI, que es uno de los propósitos de revancha del tabasqueño.

Claro está la posibilidad de que gane otro la justa, incluso Ivonne Ortega, pero será difícil su arribo. Los dados como dice José Narro y la propia ex gobernadora de Yucatán, están cargados y eso significa que con los mismos métodos usados por el tricolor para conservar el poder por décadas, serán los que lo lleven a la tumba.