El conocimiento es sólo una de las 

representaciones de la existencia. 

José Vasconcelos 

Arturo Suárez Ramírez / @arturosuarez 

El triunfo de Morena en el Estado de México puso tan de buenas al presidente López Obrador que llegó a la mañanera del lunes cantando, se le notaba la alegría y claro que era por los resultados de los comicios, sacaron al PRI de su bastión donde reinaba el grupo Atlacomulco y se instaura el grupo de Texcoco. Pero lo más importante es que el tabasqueño sabe que tiene el control de la sucesión presidencial y como están las cosas será un asunto entre sus elegidos porque la oposición no tiene por dónde ni con quién competir el año que viene. 

Seamos claros y serios, el PRI, PAN y el PRD han perdido el tiempo, no entendieron la oportunidad que se les abrió en el 2021 con la elección intermedia en donde ganaron nueve de 16 alcaldías de la Ciudad de México y recuperaron curules en San Lázaro, luego tuvieron altibajos en aquello de su alianza que los llevó a suspender temporalmente la relación porque “Alito” Moreno se le veía muy cercano a Morena y así acompañó la votación de la Guardia Nacional, pero como no tienen de otra, lo repito y en mayúsculas NO TIENEN DE OTRA, esa unión antinatural es indispensable para poder detener a López Obrador y su partido. 

La noche del domingo los pintó de cuerpo entero y puede ser un anticipo de lo que les espera en 2024. Marko Cortés, Alejandro Moreno y Jesús Zambrano abandonaron la entidad mexiquense y a su candidata Alejandra del Moral para irse en un vuelo a Coahuila donde se llevaron carro completo, ahí si se envalentonaron, se regodeaban y como en Palacio Nacional quieren construir con saliva lo que la realidad no les da, se dijeron ganadores como si en su diccionario no existiera la palabra FRACASO, eso fue la elección del Estado de México, como estará la cosa que en entrevistas en vivo donde se les cuestionó el resultado se enojaron, como en la que ofreció Marko Cortés a López-Dóriga que hasta la llamada le cortó, de su posible renuncia ni hablar. 

Esa es la oposición partidista sin liderazgos, en las dirigencias Marko Cortés y Alejandro Moreno no garantizan la elección de un candidato competitivo que este a la altura de las “corcholatas” y no porque sean buenos los aspirantes del Pejelagarto, es porque no tienen uno solo que pueda aglutinar a la sociedad, ni Santiago Creel ni Lilly Téllez tienen esas virtudes, el viejo PRI ya no tiene esa maquinaria, el PAN está roto y el PRD le sirve cualquier cosa para no exhalar su último aliento. 

Mientras que Movimiento Ciudadano sigue pensando que puede ir solo, Dante Delgado no termina por separarse de López Obrador que fue su candidato en dos ocasiones y con su ausencia en el Edomex y Coahuila jugaron a favor de Morena. Los naranjas ahora esperan a Marcelo Ebrard que ya se decidió a dar un paso fuera del gabinete y del partido del presidente para recibirlo con los brazos abiertos, solo así podrían competir en el 2024 porque sus filas también están raquíticas y no tienen figuras que entusiasmen al electorado. 

Los opositores siguen pensando que el 2024 será diferente pero no hay argumento sólido que sostenga ese dicho, por el contrario, la DERROTA es DERROTA y si no hay aceptación, recomponen el camino buscando el mejor candidato, siempre hay lugar en el campo de los tres partidos aliancistas y así todo se lo dejan a López Obrador que, en una de esas, como se lo he dicho, hasta el candidato les pone… pero mejor ahí la dejamos. 

Entre Palabras 

El que tenía pactada una conferencia de prensa para proponerle a Mario Delgado un método para elegir candidato era Marcelo Ebrard, la reunión se pospuso porque lo mandaron llamar a Palacio Nacional. ¿Hubo regaño? 

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Hasta la próxima.