Fragon 

IMPERA el divisionismo entre el Comité Directivo Estatal del PRI-Hidalgo y la cúpula nacional. Léase: Carolina Viggiano Austria y Alejandro Moreno Cárdenas. En repetidas ocasiones insistimos en esta columna la carencia de empatía de la dirigencia local hacia los jerarcas. 

El maquillaje político expresará lo contrario. Pero el tema es insoslayable. Desde que entró en funciones los nuevos integrantes del CEN del tricolor, se notó el crudo distanciamiento de Erika Rodríguez Hernández, actual jerarca de los priistas hidalguenses. 

Basta con echar un vistazo a las redes sociales de doña Erika -a quien algunos tricolores le llaman “la hija desobediente”- por su negación en interactuar de forma frecuente con la cúpula nacional. Es más, ni las redes sociales del PRI-Hidalgo lo conciben, en comparación con otras entidades. De ahí viene el mote. 

Ejemplos: el 26 de enero, la dirigente estatal tricolor le dio retuit a una publicación del @PRI_Nacional. Es la única “interacción” que realizó en lo que va del año. Y similar escenario sucede con la cuenta oficial de PRI-Hidalgo. El 23 de febrero aparece un mensaje retuiteado de su líder, Alejandro Moreno. El primero de marzo, un retuit de la dirigencia nacional. Nada más.  

La indicación-dictadora tiene un tufo de… “nada que huela a PRI-Nacional se replica en nuestras redes sociales”. El contraste resalta cuando se compara con otras filiales priistas del resto mexicano que se suman a este ejercicio cibernético. Para despejar las interrogantes, habrá que cuestionarles este escenario tanto a Moreno Cárdenas como a Erika Rodríguez… 

EL DIVISIONISMO -entre la cúpula local y la nacional- se recalcó con mayor fuerza en la reciente celebración del 92 aniversario del PRI. Mientras la delegación de Hidalgo concebía lo propio con un evento virtual, paralelamente, Carolina Viggiano, secretaria General del CEN-PRI, pisó tierra hidalguense para una “gira de trabajo” y no, no apareció en la transmisión. ¿Desaire o coincidencia? 

La lectura: Viggiano Austria tomó sus precauciones. Desairó la convocatoria hidalguense para esquivar algún reclamo por su descocado agandalle en las candidaturas plurinominales rumbo a San Lázaro. Aparte de encabezar la quinta circunscripción, privilegió el binomio: amiguismo- familia.  

Viggiano aprovechó su posición dentro del instituto político. Apartó posiciones claves para los suyos con pase automático hacia la Cámara Baja. Incluso, repetirá de nueva cuenta su esposo, Rubén Moreira Valdez, ex mandatario de Coahuila.  El cólera tricolor hizo erupción.  Ante este escabroso escenario, las fisuras cobran mayor dimensión conforme avanza el proceso electoral del próximo 6 de junio. 

Y MIENTRAS TANTO, las y los suspirantes por una curul en el Congreso hidalguense, siguen barajando sus cartas con o sin “bendición papal”. Saben que, en esto de la política, nada está definido. El tema de la pandemia fue perfecto subterfugio para rediseñar la lista buena. Esa, de los palomazos y suprimas… 

DICEN que José Luis Romo Cruz, titular de la Secretaría Ejecutiva de la Política Pública Estatal persiste en su ilusión de arribar al Congreso de Hidalgo. El de Harvard, sabe que es su único trampolín dentro de la polaca. Que, por cierto, tanto quiso solazar sus redes sociales, al grado de publicar una foto en su Twitter apareciendo en la calle… ¡sin cubrebocas! y en plena pandemia, justo cuando la entidad está en pleno semáforo rojo. Al tiempo…