David Hidalgo Ramírez
Indiscutiblemente que la pandemia de Covid-19 es la preocupación que ha atrapado la atención mundial, y eso mismo ha provocado que se pierda la atención sobre otros temas que la humanidad viene arrastrando en los últimos años. Uno de esos temas es lo referente a la situación alimentaria que prevalece en todos los rincones del mundo, ya que existen muchos países en el concierto internacional que presentan severas crisis en esta materia, y que en algún momento se verán rebasados por las necesidades no atendidas, y que a muchos analistas internacionales los ha llevado a señalar que este asunto podría desencadenar conflagraciones bélicas regionales, que provocarían una situación sin solución en muchas zonas del planeta.
En uno de los documentos más recientes que se han presentado a la comunidad internacional sobre este asunto “Panorama de la seguridad alimentaria y nutrición en América Latina y el Caribe 2019” que fue realizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), se asentaba que más de mil 900 millones de personas en el mundo sufrieron inseguridad alimentaria en el trienio 2016–2018, esto quiere decir la cuarta parte de la población mundial. Lo que tendría que llamar nuestra atención es que, de esos millones de seres humanos con inseguridad alimentaria, 187 millones de ellos vivían en América Latina y, de éstas, 11.5 millones en nuestro país.
Uno de los factores que han permitido esta desigualdad de reservas alimentarias entre las naciones del mundo, es la globalización (que trajo el crecimiento de la brecha entre naciones ricas y pobres), amén de algunos conflictos armados, e inestabilidades comerciales y socioeconómicas.
Es aquí donde el debate sobre la reserva alimentaria en México es un asunto que debería estar en las principales prioridades nacionales, mucho se ha dicho que si nuestra nación tuviera que cerrar sus fronteras la reserva alimentaria no nos sacaría adelante en una larga data.
En el marco de la pandemia del Covid-19, es claro que esta situación traerá un incremento del hambre en el mundo, y una de las regiones donde se acrecentará esta problemática es América Latina, incluido México.
Si bien se dice que pese a todo existen suficientes reservas de alimentos en el mundo, la más grave preocupación es que la pandemia ha interrumpido las cadenas de suministro de alimentos a nivel mundial, esto como resultado de los bloqueos internacionales y nacionales en la transportación. Existen otros elementos que harán más difícil la situación alimentaria a nivel mundial, y entre estos están: la inflación interna en los precios de los propios alimentos, la recesión económica, y sobre todo la pérdida de ingresos por desempleo.
Todo esto complica la reserva alimentaria en México, que ya de por sí, se caracteriza por la falta de una diversidad alimentaria en la nutrición de los mexicanos, cuya alimentación se caracteriza por ser en promedio no mayor a 20 productos alimenticios, pese a la riqueza de productos alimenticios que caracteriza a nuestro país.
A pesar de esa gran variedad de productos alimenticios que existen en nuestra nación, nos hemos permitido tener una fuerte dependencia a las importaciones de algunos productos de alto consumo nacional, y ello se patentiza que nos hemos convertido en los principales importadores de maíz, de leche y carne de cerdo.
Por ello, es de suma importancia que entendamos que la pandemia y el riesgo de una real crisis alimentaria (asunto de soberanía nacional) nos tendría que volver al campo, y que les regresemos al mismo la importancia como la actividad primaria que posibilita la viabilidad de la sociedad.