El Consejo de Derechos Humanos de la ONU aprobó una resolución que reconoce que vivir en un medioambiente sin riesgos, limpio, saludable y sostenible es un derecho humano sin el cual difícilmente se pueden disfrutar de otros derechos, como a la salud o incluso a la vida.
Costa Rica fue el principal impulsor de esta iniciativa, que destaca que el derecho a un medioambiente limpio y sostenible está interconectado con otros derechos ya reconocidos en el derecho internacional, es decir que son de aplicación universal.
Durante la negociación Rusia planteó diversas enmiendas que buscaban debilitar el alcance de la resolución, según los países y oenegés dedicadas a esta temática y apoyaban la resolución. Esas enmiendas fueron rechazadas una a una por votación.
La resolución alienta a los países a crear capacidades para favorecer la protección del medioambiente y cumplir por esta vía sus obligaciones en el campo de los derechos humanos, a intercambiar conocimientos entre ellos y adoptar políticas acordes con este fin.