La tolerancia es la virtud del débil.
Marqués de Sade
Víctor Sánchez Baños
El legalizar 2.5 millones de vehículos ilegales, de los 5 millones que están en el país, conlleva infinidad aristas.
1.- Se convierten en programas electoreros ya que, con 2 mil 500 pesos de impuestos, el gobierno gana simpatías de quienes tienen coches, camionetas, entre otros.
2.- Sin embargo, no legalizan tractores, ni otras herramientas necesarias para producir en el agro. De esto no habla el gobierno, ya que un tractor sólo apoya a un agricultor que deja el lomo en el arado y recolección de las cosechas. Con un automóvil es toda la familia y son más votos que se reflejarían en los siguientes comicios.
3.- Se afecta al sector automotriz, debido a que no habría necesidad de comprar más vehículos. La caída en la venta de ese sector será de un porcentaje mínimo. Pero, con ello, al disminuir la demanda, cae el empleo y el bienestar para cientos, quizá miles de familias.
4.- Se fortalecen políticos que se dan por patrocinadores de esas medidas.
5.- Se legitima la corrupción en las aduanas. Por ahí pasaron y pasan ilegalmente, sin pagar derechos, ni impuestos, esos vehículos que inundan rancherías, pueblos y ciudades, especialmente de las zonas fronterizas.
6.-Los únicos usufructuarios de estas decisiones políticas, como ocurrió en los últimos 40 años (con López Portillo y Carlos Salinas), son los del partido en el poder. Bienestar al país no existió, y sólo entraron unos cuantos millones de pesos al erario, pero los votos beneficiaron en aquel entonces al PRI y ahora será para Morena.
7.- Después de esa legalización, se carcachizará aún más el parque vehicular de todo el país. Ya legalizados podrán venderse esos autos, camiones, tractocamiones, camionetas, etcétera. Con ello, aumenta el riesgo de accidentes en caminos, calles y carreteras de toda la nación. Este es el fondo y trasfondo de las decisiones de gobiernos demagogos.
Es un placer temporal para quienes reciben el beneficio de la legalización de los autos chocolates. Después, seguirán con la misma vida, de precariedad, pero con vehículos que son tan viejos que son inservibles.