Aquellos a quienes se nos confía el poder,
tenemos que enmarcarnos dentro
de una justicia responsable
Jacques Derrida
Arturo Suárez Ramírez / @arturosuarez
Estimado lector, gracias. En este espacio he hablado en múltiples ocasiones de la política en materia de comunicación social que maneja la 4T y que se repite en municipios, alcaldías, jefatura de Gobierno y gubernaturas que administran. Denostar, descalificar y mentir son la estrategia sistemática, así se comporta su líder moral todas las mañanas en su programa, a los morenos no les gusta la transparencia y ante el gobierno de un solo hombre, pues su voz es Ley.
Desde que López era jefe de gobierno del DF, nos regalaba pinceladas de lo autoritario que podría llegar a ser y esa postura se radicalizó desde el 2018 que llegó a Palacio Nacional a pesar de que su narrativa dice que no roba, no miente y no traiciona. El numerito lo tienen bien montado, ante cualquier cuestionamiento de los compañeros reporteros la salida es culpar al pasado, o a los medios, evadir una y otra vez, no hay respuestas contundentes a formulaciones básicas y legitimas.
Nadie dentro del gabinete puede pensar diferente, nadie puede mostrar sus ideas y mucho menos si estas no son idénticas a las del patriarca, ejemplos de su actitud hay varios, ahí están las renuncias de los que se han ido y las formas, la mayoría se ha convertido en severos críticos de la Cuarta Transformación y coinciden en que López está poseído por la soberbia.
Esta forma de conducirse en la comunicación social se repite como estrategia, en algunos casos más burdos que otros, obviamente solo hay un López Obrador, pero si se analizan los discursos de gobernadores, legisladores y su grey, la directriz es la misma, culpar al pasado y a los medios de comunicación, sin distinción entre los dueños y los trabajadores.
Lo mínimo que ha dicho el Pejelagarto es “prensa alquilada”, “prensa vendida” e invita a sus huestes a que los sacrifiquen en las redes sociales, así irremediablemente todos los días de la mano de Jesús Ramírez Cuevas y sus esbirros, eso resulta muy peligroso viniendo del presidente del país más violento para ejercer el oficio del periodismo.
Si algo nos muestra la historia de los medios es que los políticos se van y el periodismo permanece con todo y sus innombrables, así por el trabajo periodístico quedó constancia de la matanza del 68, el halconazo del 71, el golpe a Excélsior y la conformación de Proceso y Uno Más Uno, Televisa y sus pecados, Acteal, Aguas Blancas, la desaparición de los 43 normalistas, el Fobaproa, Atenco y la brutalidad del gobierno del Estado de México, la investigación de “la Casa Blanca” de Peña, la “Estafa Maestra”, los videoescándalos del señor de las ligas y mucho, mucho más.
En todo caso, aunque la estrategia sea no informar la opacidad, el periodismo seguirá trabajando con rigor, aunque no existan los protocolos necesarios, ni las garantías de seguridad, aunque le moleste al régimen de López se va a seguir haciendo periodismo. Por cierto, que rápido se desinflaron las marionetas de Ramírez Cuevas, varios de ellos ya mostraron que buscaban alguna candidatura y como dice López Obrador, fuera máscaras, su objetivo no era informar y buscar la verdad.
Ante la radicalización de López en su ataque contra medios y periodistas, pone sobre la mesa el trabajo de cada uno y las audiencias se decantan por lo que creen que cumple con los requisitos del periodismo. Si por los de la 4T fuera, estaríamos como en la edad media, nos enteraríamos solo lo que le convenga a los conservadores del Palacio… Pero mejor ahí la dejamos.
Entre Palabras
¿Ahora amenazando jueces?
Escríbeme tus comentarios al correo suartu@gmail.com y sígueme en la cuenta de Instagram en @arturosuarez_.