Víctor Hugo Islas Suárez
Hoy en día es sumamente común que ante cualquier malestar, podamos ir de manera “rápida” y fácil al médico, cerca de casa tenemos farmacias y médicos “de barrio” para aliviar los problemas más comunes, lo damos por hecho, entrar a la revisión y salir con la receta que se surte en cuestión de minutos, doctor, diagnóstico y medicina de manera “rápida” pero no siempre fue así.
Hace unos 6.000 años florecieron entre el Tigris y el Éufrates las primeras civilizaciones humanas, en Mesopotamia ya se tenía un gran conocimiento de la medicina, de hecho, en el Código de Hammurabi ya se hace una referencia muy intensa a la praxis de los médicos y a sus modos de curar, básicamente la enfermedad era vista como un castigo de los Dioses por una acción impura, y sus métodos tenían más que ver con el animismo que con la propia ciencia.
Los primeros métodos verdaderamente científicos comenzaron a desarrollarse en la civilización egipcia, Heródoto llegó a escribir que en el antiguo Egipto existía un médico para cada enfermedad, es cierto que los egipcios todavía tenían una visión teológica de la enfermedad, sin embargo, fueron los que comenzaron a buscar explicaciones científicas a los síntomas estableciendo el origen de la medicina.
Las medicinas griega y romana supusieron un gran impulso para la humanidad, de hecho durante estos siglos vivieron algunos de los médicos más famosos de la historia, los planteamientos de Hipócrates o las teorías de Galeno de Pérgamo sirvieron como base de la medicina occidental durante más de mil años, la medicina medieval combatía las pequeñas dolencias con mayor o menor fortuna y trataban de aminorar las crónicas, sin embargo poco pudieron hacer contra las grandes epidemias que asolaron a la humanidad durante aquellos años.
Como otros aspectos de la cultura, la medicina sufrió un gran atraso durante los casi diez siglos que duró la edad media, debido a los pensamientos religiosos, que prohibía la disección de cadáveres y el estudio a fondo de los males, se llegó a considerar brujería el estudio de la ciencia , en estos siglos fueron los científicos árabes los que revolucionaron la medicina con novedades como la cura con alcohol, y nombres como el de Avicena, que generalizó la medicina, la expansión musulmana permitió que muchos de estos avances llegaran a occidente.
Cuando a finales de la Edad Media empezó a flexibilizarse la prohibición eclesiástica para diseccionar cuerpos humanos, los médicos de la época empezaron a introducirse tímidamente en una práctica que aceleraría la posibilidad de acceso al conocimiento anatómico, desde 1400 se realizaron disecciones en privado ante grupos selectos de estudiantes, y a finales del siglo XIV y principios del siglo XV, se comenzaron a incluir dentro de planes de estudios de algunas universidades, por lo que la asistencia de los estudiantes se hizo obligatoria, los cuerpos eran proporcionados por las autoridades del ayuntamiento, generalmente cadáveres de criminales condenados a muerte, era habitual diseccionar al año un cadáver masculino y otro femenino, generalmente en los meses de enero y febrero, debido a la falta de refrigeración.
El siglo XVII y la ilustración trajeron grandes avances y comenzaron a democratizar la ciencia medicinal, además de ordenar sistemas, de esta manera los médicos tenían diferentes métodos para asegurar sus tratamientos. El siglo XIX y XX han visto la revolución de los utensilios médicos, gracias al desarrollo tecnológico se han podido tratar diferentes dolencias con absoluta fiabilidad y previendo tratamientos apropiados para cada caso, es difícil prever lo que nos depara la ciencia médica, sin embargo es un hecho que los avances son ahora a nivel microscópico, ya conocemos el cuerpo humano por completo, el reto en estos tiempos son los virus y bacterias que nos atacan y es ahí en donde la ciencia médica está apuntando, y es ahí, en donde el avance se ha vuelto “lento”.