Bernardo López
Concentrar toda su vida en un celular o smartphone es el peor error que puede cometer, pues, como he venido analizando todo el contexto, desde la pandemia hasta las elecciones en Estados Unidos están interconectados para acarrear a las personas a la trampa digital.
Desde antes que comenzara la emergencia sanitaria, pude percibir que muchas industrias aceleraron su paso para crear apps y poder estar presentes en los dispositivos electrónicos que traen consigo las personas, pues existe un crecimiento vertiginoso de posesión de celulares por individuo, acercándose al 90 por ciento de la población, de acuerdo a datos del INEGI.
La cantidad de información que dispersa un smartphone es impresionante: desde su estado de ánimo, la hora en que se duerme o despierta, los lugares que concurre, las calles que recorre, sitios que visita, y es posible que hasta el celular esté interpretando su voz todo el tiempo, para saber más de usted.
Cuando se tiene esta tecnología en las manos, no sabemos con certeza que hardware y software trae consigo ¿podría traer micrófonos, cámaras y programas que capturen todo el tiempo nuestra voz, rostro y texto que escribimos? Esperemos que no.
Otra arista que también debemos considerar es el proyecto de reforma que se realiza, que, con el pretexto de brindar mayor seguridad, quieren apropiarse de todos los datos biométricos de las personas, como el caso de la iniciativa para crear un Padrón Nacional de Usuarios de Telefonía Móvil. Como si tuvieran la seguridad de que esos datos van a estar bien resguardados ¿O debemos recordar el caso del padrón electoral del Instituto Federal Electoral?
Al parecer este proyecto fue desechado por su clara violación a los derechos de las personas a que sus datos personales se mantengan privados, y que sólo se pueda acceder a ellos mediante mandato judicial.
Sin embargo, la propuesta no está muerta del todo, pues las reformas a la Ley de Instituciones de Crédito obligarán a todos los usuarios a revelar su geolocalización si quieren realizar transacciones por internet. Todas estas instituciones bancarias han concentrado los datos de las personas: rostro, huella digital, firma, y ahora quieren el lugar donde realizas una transacción en tiempo real.
Existe una preocupación por este dato, pues, cuando una persona saca grandes cantidades de dinero de un banco, misteriosamente, los asaltantes saben a quién seguir y quitarle el dinero. O qué sucede con las llamadas, en las que las personas que hablan a los usuarios saben una gran cantidad de datos del cliente.
Son importantes las herramientas digitales, pero no deberían concentrar toda la información de su vida.