David Hidalgo Ramírez
Del 28 de marzo al 3 de abril es “Semana Santa”, una de las celebraciones con mayor tradición en México, con la que se conmemora la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús. El jueves Santo, el viernes Santo, el sábado de Gloria y el domingo de Pascua, son también los últimos días de la Cuaresma, temporada durante la cual, entre otras cosas, se invita a los creyentes evitar comer carnes rojas.
Estamos a unos días de que concluya este periodo en el que podemos beneficiarnos de abstenernos de comer carne roja y tratar de entender la importancia de reducir su ingesta o, incluso, erradicarla de nuestra dieta por el resto de nuestra vida.
Durante los últimos años, el consumo de carne en México ha registrado un crecimiento sostenido y, tan solo en el 2019, se registró un incremento del 3.7 por ciento. Se estima que, en promedio, un mexicano puede alcanzar a consumir hasta 65 kilos de carne en un año, lo que evidentemente representa un consumo insano de este tipo de proteína.
Las carnes rojas provienen del ganado vacuno, porcino, ovino, caprino y equino, y científicamente ha quedado demostrado que el abuso de su consumo, está directamente asociado con el incremento de enfermedades como el cáncer, la obesidad, la diabetes tipo II, enfermedades cardiovasculares, enfermedades intestinales y enfermedades cónicas del hígado.
Las personas que consumen una porción de 50 gramos de carne roja al día, aumentan en un 18% el riesgo de padecer cáncer colorrectal; mientras que este mismo hábito incrementa en un 31% el riesgo de sufrir un infarto.
Adicionalmente, cuando el producto cárnico se encuentra contaminado, se corre el riesgo de padecer enfermedades como la salmonella, campylobacter, e.coli, entre otras.
La Organización Mundial de la Salud recomienda una alimentación basada en alimentos de origen vegetal y que, el consumo de carnes rojas y procesadas sea ocasional o nulo.
Por si fuera poco, en una granja de mil vacas se produce la misma cantidad de excremento que produce una ciudad de 300 mil habitantes, excremento que contamina los mantos acuíferos con nitratos.
También hay que tomar en cuenta que la calidad del aire es severamente deteriorada por los gases que se generan en las granjas, lugares en donde muchos de sus trabajadores presentan cuadros de asma o bronquitis.
Es por todo esto que antes de que termine la Cuaresma, es importante que hagas este esfuerzo de abstenerte de comer carnes rojas, brindando a tu cuerpo la oportunidad de recibir nuevos nutrientes, dándole al mundo un respiro y recibiendo muchos beneficios para tu salud.
Avanzar en la erradicación de los malos hábitos alimenticios te permitirá tener el control de tu salud, fortaleciendo tu sistema inmune y contribuyendo a la preservación ecológica del planeta.
Además, en la actualidad no es difícil dejar de comer carne, ya que hay una amplia variedad de opciones de sustitutos de carne, elaborados a partir de proteína vegetal, tema que abordaremos la próxima semana.