La contaminación acústica causada por el tráfico marítimo, la pesca y otras actividades industriales altera la fisiología, la reproducción e incluso la supervivencia de los animales, según un estudio que publica este jueves Science.
La investigación, en la que participó el español Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), plantea que ese ruido se considere, a escala mundial, como un factor de estrés, que se usen nuevas tecnologías de monitorización y se desarrollen políticas de gestión para mitigar sus efectos en los ecosistemas.
Los animales marinos son sensibles al sonido, que usan como una señal sensorial prominente que guía todos los aspectos de su comportamiento y ecología, y los científicos concluyeron, tras revisar la literatura científica, que el ruido causado por las actividades humanas afecta desde los invertebrados a las ballenas.
Debido a que el sonido viaja lejos y rápidamente bajo el agua, el paisaje sonoro cobra especial relevancia”, dijo Víctor Eguíluz, del Instituto de Física Interdisciplinar y Sistemas Complejos (IFISC-CSIC-UIB) y de la Universidad española de las Islas Baleares.
El tráfico marítimo, la exploración de recursos y el desarrollo de infraestructuras incrementan la antropofonía (los ruidos generados por la actividad humana), mientras que la biofonía (los sonidos de origen biológico) se reduce debido a la caza, la pesca y la degradación de los ecosistemas, dicen los investigadores.