Rafael Lulet 

Como se esperaba, la postura del actual presidente de los Estados Unidos era complicada ¿por qué razón?, sencillo, hace cuatro años en los debates contra Hilary Clinton vimos a un candidato republicano agresivo, combativo y con todos los elementos para contradecir y cuestionar a un oponente demócrata, quien había sido funcionaria pública para ser exacto vicepresidenta de la administración de ese entonces, dando mucha tela de donde cortar y aprovechándolo Trump en su momento, ahora los papeles se invirtieron y eso no lo dejó explayarse como acostumbra. 

Todo en contra, una economía en decadencia, con una tasa de desempleo en crecimiento, sin mencionar la imparable pandemia sin dar tregua, principales razones para ser el blanco certero de cualquier candidato que le hubieran puesto enfrente, en cuestión de salud, fue uno de los talones de Aquiles donde Joe Biden lo atacó, el Obama Care, ha sido una de las discusiones eternas durante su administración, el cual no ha dado resultados positivos en sus diversas transformaciones y ahora con el Covid-19, ha expuesto a una población norteamericana vulnerable. 

“¡Callen a ese payaso!”, esa sería lo más trascendental del debate del pasado 29 de septiembre, y es que Trump se dedicó de manera desesperada al ataque en contra de Joe Biden, sin ningún momento mirar a la cámara, intervenía, contradecía, atacaba, y confrontaba al moderador cuando se le realizaba preguntas incómodas, tenía todo en su contra, era el momento, y no hizo nada para convencer de otra manera, hasta en el instante cuando se le preguntó sobre los 750 dólares de pago de impuesto de sus empresas, solo pudo decir atacando a Biden: “eso agradécelo a ti por las modificaciones a la ley”, una contestación sin fondo para la población norteamericana quienes esperaban más del mandatario. 

¿Quién perdió realmente?, el gran perdedor de dicho embate sería Chris Wallace, moderador del primer debate presidencial, todo se le salió de control, se le vio suplicando al mandatario para tratar de llevarlo a la cordura en sus intervenciones, hubo muchos momentos donde todos hablaban, el espectador no sabía a quién escuchar si a Joe Biden, a Trump o a Wallace, fue tan desastroso o como lo catalogaron varios medios norteamericanos fue tan vergonzoso tal situación que el Colegio electoral al día posterior, anunciara un nuevo formato para los siguientes embates presidenciales donde se considere nuevas medidas para conservar el “orden”, ante el fracaso visto en cadena nacional. 

Las cosas quedaron como empezaron, la estrategia la cual debió seguir Trump, era el de convencer a una población norteamericana, era quien estaba debajo en las encuestas de intención al voto y nunca aportó, ni fundamentó en cada respuesta contestada, aparte de las intervenciones a su oponente para que no diera su mensaje, se veía en ocasiones nervioso siendo el argumento, el gran ausente en el discurso del mandatario; en cambio Joe Biden, se le esperaba más retraído, inclusive “tartamudear” tal como lo expuso días antes el candidato republicano, sin embargo, fue lo contrario, se le vio más coherente en sus ideas, tuvo aportaciones en sus contestaciones, y pudo contener las intervenciones de su oponente.  

Al final las cosas quedaron iguales, Joe Biden al frente de la contienda, sin embargo, con el anuncio del contagio de Covid-19 del mandatario lo ponen fuera del ring para los siguientes debates, será cierto o no tal situación de salud, pero lo único a considerar es que las elecciones serán el 3 de noviembre, sin retraso alguno, nunca en la historia de Estados Unidos ha sucedido algo por el estilo, desde el atentado de Ronald Reagan.