Pedro Flores

Sin lugar a dudas aunado a la sumisión que el gobierno actual hizo ante Estados Unidos, con los 45 días para detener la migración, al  primer mandatario  Andrés Manuel López Obrador, además de gustarle el béisbol, es un amante del fútbol americano, y en lo particular del mariscal de campo de los Acereros de Pittsburg, Ben Roethlisberger.

El “Big Ben” como es conocido, desde hace algún tiempo mantiene en su equipo la vieja frase del Luis IV Rey de Francia, que decía;” El Estado soy Yo”, y nadie en la organización le discute sus decisiones, por más increíbles que éstas sean.

EL QB de los Acereros,  empezó con su 4T en 2017, cuando por sus actitudes en el mando,  Leveon Bell uno de los mejores corredores que ha tenido en su historia  este equipo, no quiso jugar más en dicha escuadra, para no soportar más sus decisiones.

El hecho de que AMLO esté siguiendo la escuela del “Big Ben”, lo podemos ver con la renuncia de la titular de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Josefa González Blanco Ortiz Mena, quien renunció por situaciones similares.

Las decisiones unilaterales de  Roethlisberger llenaron muchas planas de los periódicos norteamericanos, cuando  uno de sus mejores  jugadores, en donde mucho de la ofensiva descansaba en el por su calidades de receptor como es Antonio Brown, dijo: Me voy del equipo, porque no acepto las decisiones que en el campo toma “Big Ben”, algo similar hizo Carlos Urzúa, ahora ex secretario de Hacienda.

Pedro “El Mago” Septién, decía que tanto el béisbol como el fútbol americano tienen miles de opciones en el campo y que en eso consistía el encanto de jugar dichos deportes y el presidente Andrés Manuel López Obrador  lo sabe bien y utiliza todos los recursos de dichas disciplinas deportivas en su “Mañanera”

Un ejemplo de lo anterior es el actual secretario de Hacienda, Arturo Herrera Gutiérrez a quien siendo subsecretario, en dos ocasiones le corrigió la “jugada” enfrente de todos  haciéndolo ver como un inepto y después, como premio lo hizo titular de las finanzas, para que siguiera en el equipo.

Pero que me dicen de sus respuestas en las mañaneras, que son un clásico ejemplo de lo que hace “Big Ben” en el campo de juego, a las preguntas de los reporteros, rara vez hace una jugada directa, sino que realiza jugadas de trampa, ya que sale con otro tema que no es el que le preguntan.

O les hace jugadas reversibles, cuando hay un determinado caso, les da la vuelta y acusa a quien se le ocurre, principalmente a los neoliberales de todo  lo malo que sucede y cuando alguien le hace una observación sustentada, hace una doble reversible y acusa a la prensa de que no “se porta bien”.

El  “Big Ben”  siempre se ha caracterizado por tener un excelente juego aéreo, al igual que AMLO, y lo manifiesta cuando existen situaciones complicadas, “lanza el pase” para que un funcionario de su gabinete sea el que conteste, como se puede observar, tiene muy bien estudiado el libro de jugadas de  Roethlisberger.

En fin que está 4T me recuerda  una frase de Albert Einstein, en la cual señalaba que: Porque en la política como en las matemáticas, todo lo que no es totalmente correcto para la mayoría de la población está  mal, mi ideal político es la democracia, en donde cada uno debe ser respetado como persona y bajo ningún concepto divinizado… ¿Tendrá razón?