Bernardo López  

Vaya victoria que logró el Parlamento de Australia contra la tiranía de las big tech, que utilizaron bloqueos a las noticias y amenazas de dejar sin sus herramientas a la población de ese país, pero que al final tuvieron que ceder y pagar por las noticias que generan los medios de comunicación locales.  

A ese país le hubiera ido mejor si estas empresas dejaban el país, pues así germinarían, con mayor fuerza, redes sociales y proyectos locales, que harían más por la comunidad y permitirían el desarrollo económico de las personas, sin chantajes o censuras.  

Este evento y el ‘fenómeno Napster’ muestran el camino a seguir por los países, es la solución al autoritarismo que pretende imponer estas big tech fascistas, que han logrado con éxito infiltrarse en las actividades diarias de toda la población, con el objetivo de registrar hasta el más mínimo parpadeo de las personas para poder, en el futuro, realizar un control social desde cualquier frente: genético, biológico, alimentario, intoxicación del imaginario colectivo con campañas propagandísticas, o el uso de robots para la aprehensión de personas que manifiestan ideas disidentes.  

En el marco del enfrentamiento entre Australia y las big tech fascistas, surgió la red social Litt, que conecta a una comunidad local, para que realicen negocios entre personas o entre pequeños comercios. En este mundo lo importante deben ser los humanos, no las redes sociales, las máquinas o los robots. Las personas deben controlar a las redes sociales y no al revés.  

Tal fue el éxito de Litt, que en una semana creció 100 por ciento, lo que demuestra la necesidad de las personas por tener diversidad en el mercado de las redes sociales o los servicios de mensajería instantánea. 

Es importante que las personas tomen consciencia que nunca se deberán mezclar los recursos monetarios con las redes sociales, porque también podría ser utilizado como una herramienta de dominación, pues sin dinero no accedería a alimentos o artículos de uso diario. Debe mantener una parte de su dinero en físico.  

Fomente el intercambio alterno de mercancías entre su comunidad sin la necesidad de intermediación digital, pues así mantendrá el control de su vida y le proporcionará un futuro feliz para su descendencia.  

No debe tener miedo de que lo censuren en una red social, pues existen una infinidad de nuevas comunidades y proyectos que le abrirán las puertas; le permitirán expresarse y realizar sus actividades con otras personas. Sí hay solución ante este oscurantismo digital al que nos quieren encerrar, pero solamente lo logrará preparándose cada día, documentándose primero con lecturas de los clásicos.