• Decisiones de gobierno inhiben a la IP, generan actividad especulativa y caen empleo e industria

Miguel A. Rocha Valencia

Insisten en darle vueltas, pero el fondo de los problemas económicos de México, son internos derivados de decisiones equivocadas que propician desconfianza de poderes reales, como el financiero, y así, la economía no va a caminar.

Lo dijo muy claro Ricardo Monreal Ávila, líder de la mayoría en el Senado pero no le hicieron caso en el Ejecutivo, donde prefieren culpar de todo a fifís,  conservadores, adversarios, periodistas, mafia del poder, corrupción, los otros e instituciones del pasado, pero no aceptan errores y menos consejos.

Y es ahí donde está la gran falla, pensar que al ganar las elecciones consiguieron el poder absoluto, cuando en verdad lo que lograron los morenos, fue la tajada política pero no la financiera, por más que dispongan de un presupuesto que se acerca a los seis billones de pesos, poco más de la mitad de la deuda pública.

Presupuesto que además, está comprometido en casi un 90 por ciento ya sea en pago del aparato burocrático, pensiones, deudas, intereses y reparto a las entidades federativas. Se supone que al menos medio billón, tendría que irse a inversión, pero prefieren regalarlo y sustituirlo con «inversión» privada, nacional o extranjera, para el caso es lo mismo.

El punto es que esa sustitución no se está dando, ya que la inversión directa privada no llega pero si se reciben capitales especulativos, que de acuerdo con los más recientes datos (a lo mejor AMLO tiene otros) llegaron seis mil 715 millones de dólares pero para comprar papeles de deuda del gobierno como Cetes y Bondes, con lo que el monto de la deuda elevó su saldo a 115 mil 208 millones de dólares al primer trimestre de 2019.

Es decir viene dinero extranjero para llevarse intereses y con ello aumentar la deuda de México, no para invertir en infraestructura o empresas que generen empleo.

Y nadie invierte porque no hay confianza; los israelíes que fueron aliados de AMLO cuando gobernó el Distrito Federal, le dijeron que no y en la reunión del miércoles con los líderes empresariales del país, algunos prestanombres o aliados de extranjeros, se acordó que para meter capitales, deben tener la seguridad de que se van a respetar las reglas.

Por eso exigieron y se les dio una mesa de seguimiento que encabeza Alfonso Romo Garza, titular de la Oficina de la Presidencia, para invertir en cuestiones de petroquímica donde el gobierno se compromete a no meter la mano, salvo en lo que queda de La Cangrejera y Pajaritos.

Pero eso no asegura inversiones respaldadas incluso por Banobras donde al menos 20 mil millones de pesos para apoyar proyectos de generación de energía nadie toca precisamente por desconfianza.

El detonante de ese fenómeno fue la cancelación del Aeropuerto de Texcoco, la decisión de otorgar concesiones por invitación restringida o asignación directa, en vez de licitaciones abiertas.

Las reglas no han cambiado ni se reactiva el NAIM, que si lo hiciera AMLO, lograría un cambio radical en la actual tendencia a la baja de crecimiento en las expectativas económicas, pues generaría más allá de la inversión y el empleo, confianza, como incluso lo aseguran analistas de Estados Unidos.

El caso es que ahí están los números: el endeudamiento externo creció sin precedentes al arranque de esta administración con al menos  nueve mil 50 millones de dólares y existe preocupación por la disponibilidad de recursos para los proyectos, para los que se espera inversión productiva privada que no llega.

De acuerdo con Banamex, el aumento en endeudamiento externo contribuye a prender algunos focos amarillos ya que de acuerdo con Banxico, la tenencia de extranjeros de papeles como los bonos M, Cetes, Udibonos y Bondes D, se debe tomar como deuda externa y de esos, se han colocado más de seis mil 500 millones de dólares, por los cuales se pagan tasas líderes en el mercado de capitales.

Por eso al analizar los requerimientos financieros tanto del gobierno federal como de Pemex pueden  llevar a caer en la tentación de incrementar los recurso vía endeudamiento externo, ante la estrategia de no realizar, por el momento, una reforma fiscal y mantener bajo control los aumentos de precios en los bienes y servicios públicos.

La política de financiamiento, para ser sustentable, no se debe hacer descansar solamente en el pilar de la austeridad y el combate a la corrupción, sino en la inversión y esta solo se logra en base a la confianza de los duelos del capital.

Y de la contracción económica, pues ahí está el dato: 65 mil empleos perdidos en la industria de la construcción por falta de inversión, y en actividades secundarias donde están los sectores petrolero y manufacturero, se reflejó una contracción del 3.1 por ciento.

Los datos de pobreza, saldrán el mes próximo, pero veremos si dejan al Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) informarlos, pues ya dijo AMLO que es una institución que solapa corrupción.