Miguel Ángel López Farías

Rosario Robles ya dispuso la charola en donde entregará a Luis Videgaray y a Emilio Zebadúa, las versiones que corren provienen del abogado de la exsecretaria de Estado, Sergio Ramírez.

La “Estafa Maestra” representa la bala de plata del presidente López Obrador ante el cúmulo de errores y de tropiezos con que este gobierno se ha conducido.

Rosario Robles ha sido leal con su amigo y ex jefe Enrique Peña Nieto pero la prisión y la brutal cacería que esta administración han llevado a cabo la ha ido minando, hoy, por consejo de sus abogados es que levanta la mano y pide cuenta de protección, se acogerá a la figura simbiótica entre “testigo colaborador “y “el criterio de oportunidad“ buscando que se frene la acusación de lavado de dinero y delincuencia organizada, esta situación, la eventual aportación de datos, documentos o pruebas servirían para que Rosario Robles se acerque a una ventana de libertad , un puerto conocido por el “preso” favorito de la actual administración Emilio Lozoya.

La batalla que Robles ha llevado a cabo ha representado una de las más solitarias y en muchos sentidos “sin rajarse“ ante sus afectos a quien la empodero e impulso como política, a un Peña Nieto que permitió demasiadas tropelías, que significa y por mucho uno de los ejemplos más acabados de la corrupción prisita y que si bien tuvo el olfato para negociar con Andrés Manuel el allanamiento del camino hacia la presidencia y obtener un salvoconducto que hasta el momento le ha significado ser intocable para los sabuesos de la Unidad de Inteligencia Financiera, no se podría asegurar que un Emilio Zebadúa (ex amigo muy cercano a Rosario y señalado de haberla traicionado) y uno de los personajes más poderosos del círculo cercano del exmandatario, el sellado Luis Videgaray, a quien por cierto le tocaría el segundo misil pues el primero le llegó por la vía de Lozoya y el caso Odebrecht. 

¿Estaremos acercándonos al fin del acuerdo de impunidad entre el de Palacio y el ex inquilino de Los Pinos?

Videgaray no es un hilo que se corte por lo delgado, es el lazo entre dos poderosos personajes, el de Tabasco y el mexiquense. Rosario tiene la tijera en las manos. ¿Cortará el cordón o seguirá manteniendo  con estoicismo la lealtad a su ex jefe?