Miguel Ángel López Farías
Son personajes de la 4T que sin duda mantendrán un elevado estándar de aceptación y por qué no, de un macizo futuro político que bien los podría ubicar en tareas de futuros gobiernos, imagino que su sola experiencia les da para ser llamados por otros líderes o ser ellos mismos los mandamases del país.
No estoy borracho, hablo bajo la potestad de creer en lo que veo y leo, cierto, soy un crítico de lo que ocurre en la aldea de Morena, pero no puedo negar qué hay algunos que son más que rescatables y diría que para el “fuete del amo” se han revelado con carácter propio…
Marcelo Ebrard, Rosa Icela Rodríguez, Ricardo Monreal, en el orden que quiera, pero ellos le significan el rostro de mayor dignidad a una administración surrealista, en donde el denominador común es que no existe más voz que la del mandatario y los que le rodean son una suerte de consortes colectivas capaces de agachar la cabeza ante el violento marido.
La reunión lograda entre Joe Biden y Andrés Manuel López Obrador solo pudo ser posible gracias a la mano del canciller mexicano, cuando al del palacio ni la llamada le
tomaban en Washington, pero no solo queda en eso, las vacunas y los jaloneos por obtenerlas de donde se pueda es obra de un persistente Ebrard, y así con el T-MEC y así con lo que implica en posicionar a nivel mundial a un gobierno que huele a rancio populismo.
Don Marcelo ha hecho las cosas bien, salva la tarde. Mismo caso para la secretaria de Seguridad ciudadana federal Rosa Icela Rodríguez, la cual es una de las mujeres que mejor sentido de la responsabilidad y se me conoce por ser altamente eficaz, así “cargo” políticamente con la CDMX y ahora como una reconstructora de una Secretaría que fue hecha pedazos por Alfonso Durazo, al cual no le tardan en reventar un ramillete de escándalos relacionados con cárteles de las drogas y una serie de excesos cometidos tras su paso por SSC.
Rosa Icela se eleva por encima del promedio de muchos servidores públicos, no se le conoce el vicio de las complicidades y es sabido que centra sus resultados en la creación de equipos que le acompañan con un alto nivel académico e intelectual.
Y del senador Ricardo Monreal, sobra repetir lo que en distintos “picotazos “hemos mencionado, es uno de los “animales políticos” más perfeccionados del país, su capacidad e instinto le dan para mantener varios frentes abiertos sin perder la mano en la jugada, y le está siendo de mucha utilidad al presidente, pues Monreal ha tejido una fina agenda legislativa que abre una vía paralela a la ruta de las mañaneras, Monreal y su “colmillo” sabe cómo abrir pistas de circo, quitándole presión a su jefe, a la par de ir construyendo una figura que no se pelea con nadie, que abre debates y escucha a todos.
Y eso, queridos lectores y radio escuchas, eso es hacer política.
Aquí la cuestión radica en qué tanto se les permitirá crecer en un hábitat en donde solo existe una sola figura, un tlatoani… y ahí sí, ni cómo ayudarlos.