Enrique Fuentes Castilla, el mítico dueño y director de la Librería Madero, que Adolfo Castañón definió desde hace muchos años como “un hombre con algo de homérico y de cristiano viejo, con algo de gambusino y de viajero que ha logrado, sin aspavientos ni desplantes, mantener viva la noble tradición del libro viejo y no tan viejo en México”, murió hoy a los 82 años.

A través de un mensaje a través de Twitter, la Secretaría de Cultura federal dio a conocer la noticia. “La Secretaría de Cultura lamenta el fallecimiento de Enrique Fuentes Castilla, librero que fue un referente y dirigió la icónica Librería Antigua Madero, establecimiento reconocido por su amplia tradición y por ofrecer libros antiguos, principalmente de autores y temas mexicanos.”

Enrique Fuentes Castilla nació en Saltillo, Coahuila, en 1939, era el dueño y director de la Librería Madero desde 1989, un recinto del libro antiguo al que se dedicó en cuerpo y alma, con una gran pasión, y convirtió en ese lugar en un espacio donde se profesaba el amor a la palabra y al objeto, se hacía honor al conocimiento y se concentraba la tertulia del saber de la Ciudad de México. Sociólogo de formación pasaría por marinero, art dealer; fue director comercial de Iberia y director general de Abreu antes de dedicarse de lleno al oficio libresco, el cual realizó por más de 20 años.

«Ha escrito artículos sobre las redes ocultas del libro y ha participado en numerosos encuentros sobre el libro y la lectura”, señala La Caja de Cerillos, en su página oficial, la editorial fundada por su hija Andrea, quien publicó “Antigua Madero Librería.

El arte de su oficio”, un libro que contiene una serie de ensayos y testimonios acerca de una de las librerías más antiguas de México y de don Enrique Fuentes Castilla su librero.