Jesús Corona Osornio 

El señor López O. mantuvo en vilo a parte de la población mexicana, con motivo de su salud. 

Sabedores de que el presidente de México padece varias afecciones y todas son de cuidado, mantuvo sepulcral silencio por alrededor de 80 horas. 

Desde el domingo 23 de abril hasta que reapareció en un video el miércoles 26 de abril, video en el que narró lo sucedido.  

El Diario de Yucatán había publicado el mismo Domingo del desmayo del presidente, sin embargo, el hecho fue negado por el vocero de la presidencia, Jesús Ramírez Cuevas y el lunes, en funciones de informante mañanero Adán Augusto López Hernández secretario de Gobernación, negó categóricamente el hecho, luego en el video, el presidente habría sin querer o no, corregido, al señor Adán Augusto y al mismo Ramírez Cuevas quien iniciará la confusión en torno a la presidencial salud. 

En las ochenta horas de silencio presidencial, hubo especulaciones de toda índole, desde aquellas que afirmaban, que por un contacto en tal o cual hospital, tenían conocimiento del estado del presidente López, hasta las que afirmaban que estaba en un hospital de especialidades del corazón en los EEUU. 

Los rumores iban y venían, López Hernández desde la mañanera en sustitución de su jefe, trataba de parar en seco tanta acción especulativa, sin conseguirlo, solo agravar la situación. 

Sin dudas muchos de los malquerientes del presidente, esparcieron especies, como la de la muerte del mandatario, mientras en la Cámara de Diputados, se aprobaron cambios a leyes y la desaparición de instituciones como el Consejo Nacional de la Ciencia y Tecnología, (CONACYT) o el Instituto de Salud para el Bienestar, (INSABI) la desaparición del Fondo Rural; sin importarles a los monaguillos de Morena las normas que rigen el quehacer parlamentario.  

Al vapor de madrugada con prisa, en total desaseo, los morenistas y sus aliados cumplieron los dictados del señor del palacio presidencial. 

Mientras afuera del recinto parlamentario todo era confusión y vacío de información de parte del Gobierno de la República, la salud de la Nación estaba en crisis, había un estrés innecesario, y el ínclito Secretario de Gobernación nada que calmaba las turbulentas aguas del país. 

Un video y todo cambió, el País pareció tranquilizarse, la salud de la Nación cambió positivamente, y la República recuperó el norte. 

La megalomanía de López Obrador no tiene límites, aprovechó el video para compararse con Francisco I. Madero y presentarse como víctima de una tormenta de odios y malos deseos en contra de él, pero también presentarse como mártir. 

La sombra de la destrucción se hace presente ya sin dudas, Andrés Manuel, perverso y grotesco. 

Su popularidad antes del evento de Mérida descendía, la fuerte irritación por la exhibida al General Secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, en actos de corrupción, lo de SEGALMEX aún sin aclarar, la falta de medicinas, la inseguridad y un crimen organizado ostentoso y cruel. 

Todo se desvaneció con un video cargado de mensajes y símbolos, como le gusta al presidente, mientras afuera, una vez más la ola especulativa, hace lo suyo, el señor Andrés Manuel López Obrador, resucitó al tercer día, él en lo suyo, todo el circo debe girar alrededor de su persona, nada fuera de su lugar, todo igual, el ego en su lugar y hasta más inflado. Desaparece tres días, midió a sus corcholatas, la aprobación de su persona, y sí, sigue siendo, el mesías tropical.  

Hasta la próxima.