Mi generación despertó con la tecnología de viajes espaciales y televisiones a blanco y negro que ya permitía otear la globalidad, la generación de mis hijos fue irrumpida por las computadoras personales y telefonía de avanzada, creándose el concepto de “homo mobilis”, la generación de mis nietos que se levanta y llega, espera el enfrentamiento con la Inteligencia Artificial (IA); que no tarda por razones de lógica simple, en superar la inteligencia del ser humano, lo que constituye una verdadera revolución, que derivará en un cambio más violento, más dramático y más profundo que todas las revoluciones políticas, sociales o tecnológicas de las que tengamos memoria. La realidad está superando a la ficción. Según diversos científicos, en cuestión de poco tiempo seremos la segunda inteligencia de nuestro planeta. ¿Pasaremos de hablar de gobiernos de izquierda y derecha a un régimen de Inteligencia Artificial?. Si no actuamos convenientemente es muy probable que seamos sometidos. ¿Será el retorno del hombre a las cavernas o el inicio de una eventual extinción? Quienes inventaron y desarrollaron la IA hoy dicen sentirse preocupados e inclusive algunos de ellos exigen a los gobiernos que trabajen para regular su funcionamiento. Hace unos días Geoffrey Hinton, considerado el «padrino de la IA», renunció a su puesto en Google para alertar sobre los peligros de esta tecnología. El temor es que nos acabe sometiendo, pero eso ya sucede en la actualidad.  

Mientras la IA realiza tareas intelectuales como diagnosticar enfermedades, escribir poemas, realizar demandas jurídicas, proyectar sentencias, administrar empresas, redactar artículos (no el que escribo), o hacer análisis filológicos y jugar ajedrez, por mencionar algunas actividades. Los seres humanos seguimos haciendo labores elementales por salarios muy bajos e inclusive en condiciones de esclavitud como las que se dieron en el último Mundial de fútbol. Mientras, miles de obreros construían con sus manos los estadios y las ciudades en el desierto. La IA diseñaba los planos, controlaba la seguridad y la logística del evento al que asistieron poco más de 700 mil turistas. Los humanos ejecutan y las máquinas piensan, ¿en qué mundo estamos? 

En el contexto actual geopolítico, donde Estados Unidos y China están enfrentados y en disputa por el liderazgo global, cualquiera de estas dos naciones u otras podrían iniciar la tercera gran guerra. A diferencia de otros momentos en la historia, no hay un lugar en el mundo en el que no se puedan detonar vía remota armas de destrucción masiva. En el momento de la historia en que los occidentales aceptaron como única fuente de conocimiento el intelecto; abandonaron paulatinamente la vida simbólica, sensitiva, espiritual, los mitos y las enseñanzas ancestrales que son las soluciones a los principales problemas de nuestro tiempo, es que se perdió el rumbo del humanismo. Inclusive los propios escritores como el Premio Nobel de Literatura Mo Yan le ha pedido a ChatGPT que haga algunos de sus discursos. Lo más importante de escribir y de cualquier acto de pensamiento no es el resultado. Si no la evolución de la consciencia que ocurre en el individuo mientras realiza esa actividad. Mientras la IA está en una constante transformación, aprendiendo y mostrando señales de razonamiento humano, según lo detalla Microsoft. A los seres humanos cada día les cuesta más trabajo pensar. 

El modelo económico actual incentiva los automatismos que anulan cualquier reflexión y pensamiento crítico, llevando a la sociedad a una especie de sueño colectivo en el que gradualmente todas las decisiones trascendentales las tomará la IA. ¿Tenemos todavía tiempo de cerrar la caja de Pandora o de controlarla cuando se abra?… Anoche tuve un sueño, soñé que cuando la Inteligencia Artificial empiece a soñar entonces nos habrá superado irremediablemente.