· Un grupo de científicos brasileños ha dado un paso significativo en la lucha contra el COVID-19 al identificar un gen
· Este descubrimiento, resultado de un análisis exhaustivo de seis parejas en las que las mujeres nunca se infectaron a pesar de la exposición continua al virus
María Escalante García
Un grupo de científicos brasileños ha dado un paso significativo en la lucha contra el COVID-19 al identificar un gen que podría ser clave para la resistencia al SARS-CoV-2. Este descubrimiento, resultado de un análisis exhaustivo de seis parejas en las que las mujeres nunca se infectaron a pesar de la exposición continua al virus, podría abrir nuevas puertas para el desarrollo de tratamientos y estrategias de prevención.
La investigación se centró en parejas heterosexuales en las que el hombre contrajo COVID-19 de manera documentada, mientras que sus compañeras nunca dieron positivo ni presentaron síntomas, a pesar del contacto cercano y prolongado. Este patrón inusual llamó la atención de los científicos, quienes decidieron profundizar en las posibles razones genéticas detrás de esta resistencia.
A través de análisis genómicos avanzados, los investigadores identificaron un gen específico que parece desempeñar un papel protector. Aunque aún se están afinando los detalles de su función exacta, los resultados preliminares sugieren que este gen podría inhibir la replicación del virus o potenciar la respuesta inmune.
El hallazgo tiene un enorme potencial para transformar la comprensión de cómo el cuerpo humano puede defenderse naturalmente contra el SARS-CoV-2. Si se logra confirmar y expandir este descubrimiento, se podrían desarrollar tratamientos basados en la activación o replicación de este gen en personas vulnerables al virus.
Además, los resultados podrían aportar una base científica para diseñar terapias genéticas o medicamentos que imiten la resistencia observada en estas mujeres. Esto podría ser particularmente relevante en el contexto de futuras pandemias, al ofrecer soluciones más personalizadas y efectivas.
El estudio es un recordatorio de cómo las diferencias genéticas individuales pueden ser clave para abordar desafíos globales como el COVID-19. Sin embargo, los investigadores han subrayado la necesidad de continuar con estudios más amplios para confirmar los hallazgos y entender completamente el mecanismo de resistencia.
Este avance, liderado por científicos brasileños, no solo resalta la importancia de la investigación colaborativa en genética y virología, sino que también brinda esperanza de que, algún día, podamos estar mejor preparados para enfrentar virus emergentes.
Este tipo de descubrimientos es un testimonio del poder de la ciencia para ofrecer soluciones innovadoras y mejorar la salud global.
Resistencia
El estudio descubrió que esas seis mujeres resistentes al virus tenían “una mayor expresión” del gen IFIT3 en comparación con sus maridos contagiados, señaló la Fundación de Amparo a la Investigación del Estado de São Paulo (Fapesp).
Ese gen forma parte de la respuesta antiviral del organismo y ya se vinculó en otros experimentos con la protección contra otras dolencias virales, como dengue y hepatitis B.
Sin embargo, en esta ocasión consiguieron “por primera vez probar ese efecto protector”, pues “es muy improbable que las mujeres no hayan sido expuestas” al coronavirus estando en contacto estrecho con sus maridos infectados, afirmó Mateus Vidigal, primer autor del estudio.
El gen IFIT3 codifica una proteína del mismo nombre que se une al ARN (ácido ribonucleico) del virus, lo que impide que se replique y, por tanto, invada nuevas células y la enfermedad avance.
“No es que estas mujeres no hayan sido infectadas, de hecho, lo estuvieron. Pero el virus apenas se multiplicó dentro de sus células y por eso no contrajeron la enfermedad”, señaló Vidigal.
El estudio, conducido por científicos de la Universidad de São Paulo (USP) y publicado en la revista ‘Frontiers in Cellular and Infection Microbiology’, empezó en 2020, en el inicio de la pandemia de COVID-19, que en Brasil causó unas 700 mil muertes.
En una primera fase analizaron el material genético de 86 parejas, de las que apenas seis mostraron esa discordancia entre los cónyuges, con uno infectado más de una vez y el otro -la mujer siempre- asintomático.
Los científicos volvieron a recoger muestras de sangre de esas seis parejas en 2022, después de una segunda infección y cuando los participantes ya habían recibido dos dosis de la vacuna contra COVID-19. El resultado fue el mismo.
“Pudimos observar que las células de las mujeres resistentes mostraban una mayor expresión del gen IFIT3 en comparación tanto con sus maridos, como con otro grupo de cinco mujeres que desarrollaron COVID-19”, expuso Vidigal.
El hallazgo sitúa al gen IFIT3 en el centro de la diana para posibles nuevas terapias antivirales que, supuestamente, “podrían potenciar la respuesta inmunitaria innata contra el SARS-CoV-2 y otros patógenos”, apuntó la Fapesp.
Una vez descubierto el gen de resistencia al coronavirus, Edecio Cunha, profesor de la Facultad de Medicina de la USP, dijo que es necesario “entender los mecanismos que llevan a esa mayor expresión del IFIT3”.