Luis Mena Pantoja 

Desde hace más de 109 años, el Palacio Legislativo de Donceles, también conocido como el Recinto de Donceles, es la sede del poder legislativo en la capital del país. Este hermoso edificio de estilo neoclásico, ubicado en el corazón del Centro Histórico de la Ciudad de México, se localiza en el cruce de las calles de Donceles y Allende, que a principios de siglo pasado se conocían como la Calle de la Canoa y Factor. 

El primero de abril de 1911 se inauguró este recinto, con la apertura del segundo periodo de sesiones de la XXV Legislatura del Congreso de la Unión, y posteriormente, el entonces presidente, general Porfirio Díaz, rindió su informe anual, en el que destacó el complicado estado en que se encontraba el país a causa de la revolución que inició en noviembre de 1910 en Chihuahua, y que amenazaba con extenderse al resto de la República Mexicana. 

Este espacio se mantuvo como sede permanente y salón de sesiones de la Cámara de Diputados de México hasta junio de 1982, ya que en 1981 se inauguró el Palacio Legislativo en San Lázaro y poco tiempo después se trasladó allá la Cámara Baja. 

Por su belleza arquitectónica e importancia histórica, el edificio de Donceles, fue declarado por decreto presidencial del 30 de abril de 1987 como Recinto Monumento Histórico, y por edicto del 21 de septiembre de 1988, se convirtió en la sede oficial de la recién creada Asamblea de Representantes del Distrito Federal. Posteriormente, fue la sede de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, y en 2018, comenzó sus actividades como Congreso de la Ciudad de México. 

La fachada y la decoración interior de este recinto tiene un estilo neoclásico con influencia de diversas corrientes, por lo que se denomina ecléctico. En su interior, el diseño de sus escaleras de caracol, vestíbulos y lámparas es afrancesado. En la planta baja la sala de sesiones es circular y funciona como eje de la distribución espacial. La planta alta está sostenida por doce columnas seudojónicas y doce corintias. De la bóveda cuelga un hermoso candil francés de 415 lámparas. Detrás del podio se encuentra el escudo nacional y arriba de éste el resplandor del sol con un gorro frigio, símbolo del pensamiento liberal, corriente política fundamental en el proceso de independencia, así como en la formación de la República Mexicana. 

En la época prehispánica, el sitio en que se ubica este recinto formaba parte del barrio en que se almacenaban las armas de los mexicas, en México-Tenochtitlán. Durante la época colonial, se construyó una plaza con una fuente de agua potable para suministro público y luego un mercado, y se conocía como la Plazuela del Factor de la Cruz, la cual existió hasta mediados del siglo XIX.  

En 1851, se construyó en este sitio el Teatro Iturbide, que durante más de 20 años fue el teatro más importante de la capital. Posteriormente, este recinto fue sede durante 37 años de la Cámara Federal de Diputados, a consecuencia del incendio que el 22 de agosto de 1872 destruyó la Cámara en Palacio Nacional. Así, el Teatro Iturbide funcionó como Cámara Federal de Diputados de 1872 a 1909. 

El 22 de marzo de 1909, un nuevo incendio -originado por un corto circuito en las instalaciones eléctricas del edificio- destruyó una vez más la sede del Poder Legislativo y su valioso acervo documental. En mayo de 1909, el presidente Porfirio Díaz autorizó la reconstrucción de la Cámara de Diputados, en el mismo predio que ocupó el Teatro Iturbide.