¿Buscas algo? Googlealo.
¿Buscas a alguien? Facebookealo.
¿Quieres pensar? Twittealo.”
Anónimo
José Manuel Rueda Smithers
Dicen que las redes sociales están en boca de todos (yo diría que en cabeza de todos); todo el mundo opina y da consejos acerca de su uso.
Sin duda alguna, una de las informaciones más impactantes en el mundo del internet y las redes sociales, fue la demanda que Estados Unidos -a través de su oficina antimonopolio- formalizó hacia Facebook por “presuntamente abusar de su dominio para aplastar la competencia”.
Vale recordar que es la segunda vez en menos de tres meses que el saliente gobierno de Donald Trump, presenta un caso de monopolio contra un gigante tecnológico, buscando una orden judicial que anule la adquisición de Facebook de Instagram y WhatsApp.
Fue después de la denuncia del Departamento de Justicia en octubre, contra Google Alphabet por presuntamente abusar de su monopolio en la búsqueda en internet al utilizar acuerdos de distribución exclusiva con fabricantes de teléfonos y proveedores de servicios inalámbricos para excluir a los competidores del mercado.
Así la información sobre Facebook del miércoles pasado de inmediato circuló por todo el mundo, y alcanzó cientos de millones de vistas. El comunicado oficial dice que “la Comisión Federal de Comercio (FTC) y algunos fiscales generales estatales liderados por Nueva York presentaron quejas antimonopolio contra Facebook”, alegando una conducta que frustró la competencia de los rivales para proteger su monopolio.
Es el mayor ataque regulatorio en la historia de la empresa. Si logran demostrar que violó las leyes antimonopolio, un juez podría ordenar incluso la desintegración de Facebook, y la separación de su principal plataforma de redes sociales de Instagram y WhatsApp.
En su defensa, Facebook argumenta que se trata de un «revisionismo histórico», ya que «las leyes antimonopolio existen para proteger a los consumidores y promover la innovación, no para castigar a las empresas exitosas», y puntualizó que la Comisión Federal de Comercio validó las adquisiciones hace años.
No sin cierta razón, argumenta que Instagram y WhatsApp se convirtieron en los productos increíbles que son, gracias a la inversión de miles de millones de dólares, para desarrollar nuevas funcionalidades y mejores experiencias», señaló Jennifer Newstead, vicepresidente y directora general jurídica de la red social.
En tanto, la procuradora general de Nueva York, Letitia James, durante una conferencia de prensa en línea, contestó que “Facebook ha aplastado u obstaculizado amenazas potenciales”. Utilizó grandes cantidades de dinero para adquirir empresas que potencialmente podrían amenazar su dominio”, dijo.
Las investigaciones sobre las empresas comenzaron en el verano de 2019 después de que la FTC y el Departamento de Justicia acordaron un plan para dividir el escrutinio de Facebook, Google, Amazon.com y Apple.
Facebook y sus pares tecnológicos se enfrentan a una oleada de antagonismo bipartidista sobre su control del comercio digital y su capacidad para influir en lo que los usuarios ven y leen.
En 2020 y gracias a la pandemia mundial, Facebook mantiene el liderato de influencia sobre la gente, con casi 2 mil 500 millones de usuarios. En tanto, WhatsApp, el servicio de mensajería instantánea propiedad de Facebook, para finales del 2020 cuenta con poco más de 2 mil millones de usuarios activos en el mundo.
Finalmente, está Instagram, la red con más interacción después de Facebook. El 71% de los usuarios de Instagram tienen menos de 35 años y pasan un promedio de 53 minutos por día en la app. Se ubica en el puesto número 6 de las plataformas sociales más usadas en el mundo, cuenta con mil millones de usuarios activos, aunque por publicidad llega a 928 mil millones, lo que significa que casi el 93% se puede alcanzar por publicidad.
Esto es lo que llama la atención de muchos gobiernos, y les preocupa. La cantidad de usuarios sobre los cuáles influir y que pertenecen a una sola empresa.
Material electoral, sin duda alguna.