Pedro Flores  

México es un país surrealista, con un manejo gubernamental que lo envidiaría el ilusionista David Copperfield, en donde se presume de que se acaban con bandas delincuenciales a diario y que son enviados a prisión, y salen a las siguientes horas, pero que originan una sobrepoblación carcelaria en el país que convierte a los reclusorios en zonas de terrorismo carcelario.   

Entre enero y mayo 6 mil 374 personas engrosaron el total de población penitenciaria, cerrando en los ya referidos 225 mil 843 internos. Si la tendencia del primer semestre se mantuviera, el año cerraría con 14 mil internos más que los que había en diciembre del año pasado, llegando hasta 236 mil presos.  

Pero el 65% de las cárceles mexicanas las tienen controladas los cárteles de la droga y algunas bandas locales en provincia, lo que ha dado origen a autogobiernos, venta de droga, motines y a la fuga de 521 reos en los últimos 3 años, según un estudio de la Cámara de Diputados y ratificado por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH)  

Producto de esta situación son los cobros o cuotas no sólo por mensajería, sino también por seguridad, utilización de camas, dormitorios seguros, el teléfono, visita íntima en lugar cerrado o sólo con una sábana, por evitar la fajina y tanto otros se han incrementado, como el hecho de que muchos reclusos duermen parados o amarrados en algún lugar por la sobrepoblación.  

En nuestro sistema penitenciario abandonado se encuentra corrompido, con un deficiente sistema de salud, en donde nunca hay medicinas que ha originado un gravísimo incremento en casos de tuberculosis, VIH, cáncer, insuficiencias renales, enfermedades de la piel como hongos y problemas gástricos por la comida y por la mala calidad del agua que ingieren.  

Eso sin contar con el alto nivel de internos que padecen alguna discapacidad mental, según datos del Órgano Administrativo Desconcentrado de Prevención y Readaptación Social., la esquizofrenia, ansiedad y retraso mental son las enfermedades más comunes, pero en ocho de cada 10 casos las autoridades no tienen un diagnóstico.  

Eso sin contar con el grave abandono que sufren los infantes, en 2021, casi 400 niños y niñas se encontraban viviendo en las prisiones junto a sus madres. Y ya nacidos también enfrentan importantes deficiencias en sus procesos de desarrollo infantil y aunque técnicamente están protegidos no hay que olvidar que hay quien dice; “a mí no me vengan con que la Ley es la Ley.”  

Ante este dantesco escenario el censo del Inegi, los centros penitenciarios tanto federales, estatales como los centros especializados de tratamiento o internamiento para adolescentes, ejercieron en total 37 mil 982 millones 945 mil 681 pesos, para 2020/2021. 

Con respecto al total de presupuesto ejercido, hubo una disminución de 1.4% en comparación con el 2019, cada reo nos cuesta a los que pagamos impuestos, 3 mil 913 pesos diarios, en tanto que el gasto por reo es mayor al que invierte la UNAM por cada alumno de bachillerato, pues la máxima casa de estudios gasta 115 pesos por día.  

Las cárceles en México son verdaderas bombas de tiempo, se encuentra con focos rojos tanto en las federales como en las llamadas privadas, son verdaderas escuelas del vicio y del terrorismo, y no hay una política definida para poder evitar dicha situación, menos cuando hay un custodio para 10 reos de alta peligrosidad y poder económico…pero vamos bien, estamos encarcelando delincuentes.