Bernardo López
Que nos expliquen las autoridades de salud por qué hubo 6 millones 881 mil 955 decesos por covid-19 -de acuerdo a los datos de la Universidad Johns Hopkins- mientras que los efectos adversos de la inyección del experimento genético sumaron 5 millones 038 mil 156 -de acuerdo a VigiAccess de la Organización Mundial de la Salud.
Los datos mencionados ponen en duda que hubiera algún beneficio con esas inoculaciones, pues la diferencia es pequeña entre fallecer por la enfermedad o de padecer alguno de los 27 efectos adversos que provocan las inyecciones contra el covid-19, entre los que destacan desordenes musculoesqueléticos, subcutáneos y piel, cardiacos, sistema nervioso central, respiratorios, sangre o linfáticos.
Para la aprobación del experimento genético se violaron los protocolos del Código de Nüremberg, con el argumento de que era por “emergencia sanitaria”, además se utilizaron muchas técnicas de coacción y propaganda de miedo para inducir a las personas a pincharse.
En México también se violó la Norma Oficial Mexicana NOM-012-SSA3-2012, que establece los criterios para la ejecución de proyectos de investigación para la salud en seres humanos, pues hubo campañas para forzar a la gente a inocularse, además que se les exigían comprobantes de haber sido “inmunizados”.
Los riesgos siempre fueron mayores que los beneficios, pues al poner la balanza la cifra de muertos y la de personas dañadas por las inyecciones del experimento genético, nos damos cuenta que era mejor generar nuestros propios anticuerpos -la evolución siempre supera al mercantilismo médico.
Ahora que la Organización Mundial de la Salud decidió terminar con la “pandemia”, se debe hacer un análisis profundo de la perversa campaña que se dio en todo el mundo para obligar a las personas a introducirse una sustancia desconocida y que provoca efectos adversos graves.
También debemos tener cuidado de las pretensiones de la creación de un organismo dictatorial mundial, que quiera incidir en las decisiones y la soberanía de los países, en nombre de una “emergencia sanitaria” o de una “pandemia”, porque con lo sucedido desde hace tres años lo único que hemos presenciado es una violación descarada de los derechos humanos.
Las ansías de tiranía se revelaron durante la 75 sesión de la Asamblea Mundial de la Salud, mediante el documento titulado “Preparativos para fortalecer la OMS contra las emergencias sanitarias: Propuesta de enmiendas para la Regulación Internacional de Salud”; se logró desechar, pero eso no significa que los autoritarios lo vuelvan a intentar.
También habrá que revisar las acciones de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), con relación a los contratos para la compra de los viales del experimento genético contra el covid-19, pues desde esa institución se gestionaron los contratos de adquisición. En el comunicado 80 del Gobierno de México, el secretario de la SRE Marcelo Ebrard señaló que hasta el 16 de febrero de 2021 se habían adquirido 234 millones de dosis. Esperemos que nos pueda explicar si fue advertido sobre los efectos adversos.