Bernardo López Rosas

La crisis de seguridad en la Ciudad de México persiste y aumenta debido a la carencia de una estrategia de seguridad, y se puede dilucidar esta ausencia con el despliegue de la Guardia Nacional, que, como relató el diputado Jorge Gaviño: Las autoridades de la CDMX primero rechazaron su ingreso, después hablaron de que únicamente rondaría en la periferia, posteriormente explicaron que ingresaría a algunas alcaldías y salieron con que va a estar en toda la ciudad, hasta en el Metro, donde se cometió un error táctico al permitirles portar armas de alto poder.

Más aún, la Guardia Nacional hasta el momento no ha logrado que los altos índices delictivos desciendan, ni en la ciudad ni en ningún estado del país, lo que desmiente las palabras del presidente López Obrador, quien se comprometió, a inicios de su administración, que con la entrada de este cuerpo militar descenderían los crímenes, ¡Falso!

Es posible que el tema de la inseguridad es un Talón de Aquiles de la Ciudad de México, de herencias de gobiernos anteriores y de continuidad histórica, sin embargo desde el primer día del actual gobierno tuvieron que asumir responsabilidades y los números de delitos deben verse con frialdad para contrarrestar la crisis.

Con la inseguridad todos salimos perdiendo, sin embargo, las mujeres son quienes a veces son las más perjudicadas. A pesar de las evidencias de un incremento de agresiones contra las mujeres en 2019, las autoridades de la Ciudad de México se mantienen renuentes a aplicar la alerta de género. La jefa de Gobierno dice que no tienen resultados este tipo de medidas. Sin embargo eso no debería ser obstáculo para hacerle frente a este problema, pues en 2019 se han registrado, de enero a mayo, 404 violaciones, 1,506 abusos sexuales y 318 acosos.

El legislador del PRD Jorge Gaviño ha manifestado que las autoridades locales acepten la Alerta de Género, pues es una acción de prevención que busca resolver una crisis que afecta a niñas y mujeres, además que impulsaría la suma de todas las fuerzas políticas para lograr una gran cruzada en contra de este flagelo.

No podemos dejar que la delincuencia agreda a las féminas, porque todos tenemos una madre, una abuela, una esposa, hijas, nietas, sobrinas, y sería penoso que alguna de ellas protagonizara la tragedia de ser agredida por el hecho de ser mujer. Desde este espacio conmino a todos los capitalinos a crear un ambiente más amigable para ellas.