En su arribo y dispersión por el País, la pandemia por Covid-19 ha coincidido con una epidemia local de obesidad y diabetes que ya arrebataba 300 mil vidas mexicanas al año.
Justamente esa es la sindemia presente actualmente en el País: la sinergia entre un mal infeccioso y enfermedades crónicas, subrayó Simón Barquera, director del Centro de Investigación en Nutrición y Salud del Instituto Nacional de Salud Pública.
«Estamos observando una sindemia donde los altos niveles de estas enfermedades crónicas nos predisponen a tener un pronóstico no tan favorable en caso de estar expuestos a esta infección (por coronavirus)», precisa el doctor en nutrición aplicada y ciencias sociales de las políticas alimentarias, el pasado miércoles durante el conversatorio en línea «Alimentación en tiempos de pandemia».
El especialista remarca que los peores desenlaces en cuanto al SARS-CoV-2 se han dado precisamente en personas con obesidad, diabetes e hipertensión, o en aquellas con tabaquismo. Todo esto por algo que los investigadores han estado estudiando durante años: la inflamación crónica de baja intensidad.
Se trata de una condición, explica Barquera, donde las malas dietas –muy altas en azúcar, grasa o sal– y la exposición al tabaco, o factores como la obesidad, dislipidemias e hipertensión, producen un efecto de altos niveles de mensajeros celulares que tienen que ver con la respuesta inmune.