Andrés Suárez Ramírez
Recientemente atletas que buscan el sueño de competir en unos Juegos Olímpicos, se han manifestado en contra de los recortes a las becas y presupuesto de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte, así como a la gestión de Ana Gabriela Guevara al frente de ese organismo.
Hay deportistas de alto rendimiento que han visto disminuidos los recursos económicos que reciben mediante las becas de la Conade, hasta en un 50 por ciento, como Nabor Castillo que declaró en sus redes sociales: “Recibo menos que un ‘nini’”.
Por ello buscamos al medallista olímpico Carlos Mercenario, para que nos comentara lo importante de los apoyos y de la preparación para obtener buenos resultados, como él los consiguió al llevarse la medalla de plata en Barcelona 1992.

“Fue una preparación atenuante. Contaba con un masajista, entrenador titular, entrenador auxiliar, médico, un bioquímico y psicólogo. En ese entonces uno se preparaba hasta conseguir las cosas. No quiero decir que si no sufres no tienes derecho a nada, pero en ese entonces había un sacrificio para poder obtener un equipo” dijo el marchista.
El andarín conquistador de la prueba de 20 y 50 kilómetros en la Copa del Mundo en San José 1991, explicó que durante los Juegos Olímpicos de Barcelona 92, la presión de que la delegación no conseguía una medalla, supo persuadirlo para lograr su objetivo.
“Quien diga que no hay nervios en unos Juegos Olímpicos está mintiendo o no es un humano. Días antes de mi competencia se coló una síntesis informativa y era fatalista con el tema de que no se había conseguido ninguna de las nueve medallas que se tenían pronosticadas; lo calificaban como un fracaso”, comentó.
“Ante esa síntesis que creo nunca debí de verla, me pego mucho en lo anímico y después ver que la marcha era una de las esperanzas me fortaleció mucho. Antes de un evento, uno tiene que estar preparado física, mentalmente y porque no espiritualmente”, prosiguió.
Para Carlos Mercenario la palabra constancia es algo importante para que un deportista logre los objetivos que en las pasadas justas olímpicas se le ha negado a México, principalmente en la marcha.
“La palabra constancia es importante, en mi carrera como deportista solo falte una vez a mi entrenamiento y solo porque tenía principios de neumonía. Cuando estábamos concentrados en Bolivia, no podía salir porque hacía mucho frío pero llevaron una caminadora para que pudiera entrenar”, resaltó el ahora entrenador de marcha.
Una de las constantes que afectan a los deportistas de alto rendimiento es el apoyo, en este caso por la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte. Previo a Río de Janeiro, el boxeador Misael “Chino” Domínguez pudo acudir a esa competencia mediante el “boteo” (pedir dinero en camiones) y más tarde consiguió el bronce en la categoría de peso medio.
Ante estos obstáculos para un deportista, Carlos Mercenario opinó que un atleta tiene que seguir trabajando pese a las carencias y valorar el apoyo que se le brinda, pues ahora es todo lo contrario con los apoyos, ya que solo están pensando únicamente en el dinero cuando se olvidan que lo esencial en una competencia es representar a su nación.
“Déjame explicar, un atleta que ahora forma parte del Ejército Mexicano, tiene su quincena asegurada, los sueldos en los atletas han sido más jugosos y eso es bueno. Pero ahora solo piensan en eso para poder competir. Han caído en un punto donde se esfuerzan lo máximo para lograr un lugar en Juegos Panamericanos, Olímpicos o la marca mínima para competir”.
“Se les olvida que están representando a México o pierden el objetivo principal. En el caso de marcha uno lucha y tiene hambre por estar en el podio. Una vez calificados se relajan y pierden el objetivo. Sí yo no soy capaz de ser el mejor de América, no puedo lograr ser un medallista o uno de los mejores del mundo”.
“Hay que empezar a valorar lo que se tiene. Otros atletas hacen más para poder llegar a los Juegos Olímpicos y compiten contra el mexicano. Con trabajo se tiene un uniforme y no se vale culpar a otras personas por no obtener un resultado”, complementó su punto de vista.

Sobre la administración de Ana Gabriela Guevara al frente de la Conade, Mercenario respondió; “creo que Ana es una atleta muy franca. A ella no le importa contestarle a los medios para quedar bien. Está tratando de meter orden en la Conade, mediante las federaciones, ella conoce perfectamente lo que es sufrir y trabajar para poder conseguir una medalla”, añadió.
Actualmente Carlos Mercenario maneja una escuela en Irapuato de marcha que lleva su nombre, tratando de aportar a los jóvenes la técnica y cuenta de momento con 60 niños.