El sello, de por lo menos los últimos diez años, ha sido la polarización y politización de la sociedad mexicana en absolutamente todos los temas. Nos hemos enfrascado en construirnos como contrincantes y hasta enemigos en varios frentes, así vivimos entre lopezobradoristas, peñistas o calderonistas, y nada bueno hemos cosechado de eso.
Si algo ha sacado al país adelante, o por lo menos no ha permitido que se hunda, es su sociedad civil, esa que es solidaria, esa sociedad que levantó escombros en los terremotos de 1985 y 2017, la que se solidariza cada año con inundaciones por los huracanes, la que protesta ante injusticias como la de 1968 y el 1971, o por los desaparecidos de Ayotzinapa.
Pero también la sociedad mexicana se ha dejado arrastrar por la politiquería de unos cuantos que nos han dividido y que eso conviene a sus intereses, que ni siquiera son los de las mayorías. Estamos a tiempo de poner un alto para no comprar esos discursos y que reine la razón. Discutamos y dialoguemos para encontrar soluciones, marchemos y gritemos pues son derechos garantizados en la Constitución, pero no nos confrontemos, la violencia en el país ya no es una salida.
A un año de la elección que puso al presidente Andrés Manuel López Obrador, tenemos que reflexionar sobre la división. Señor presidente urge un llamado a la unión nacional, a la reconciliación, basta de dividir y perder el tiempo.
Todos queremos un México mejor.
Nosotros…