La dueña del avión pequeño en el que se estrelló el futbolista argentino Emiliano Sala había pedido que David Ibbotson, el piloto del viaje, no pilotara más la aeronave, debido a las infracciones aéreas que había cometido.

Fay Keely, dueña de la avioneta, participó este miércoles en el juicio a David Henderson, que se declaró culpable de organizar el vuelo de Sala sin tener los permisos necesarios, pero que negó los cargos de haber actuado de forma negligente y haber puesto en peligro la avioneta.

Según el testimonio de Keely, esta le dijo a Henderson que el piloto David Ibbotson no debería pilotar el avión pequeño porque había sido alertada de dos infracciones por las autoridades aéreas británicas .

“Dejé claro que no debería volar la aeronave”, dijo a un jurado en Cardiff. Henderson es acusado de saber que Ibbotson no estaba cualificado y aun así dar luz verde a que realizara el trayecto Nantes-Cardiff la noche del 21 de enero de 2019, con las malas condiciones metereológicas que había en el Canal de la Mancha y que terminaron derribando la avioneta y con las vidas de Sala y de Ibbotson.

Según Keely, ella compró la avioneta, bajo consejo de Henderson en 2015, y él se quedó a cargo del mantenimiento de las labores de contratación de la aeronave, así como de elegir los pilotos competentes para los viajes.