Miguel Ángel López Farías 

«Quédense en casa, la  psicosis que llega tarde», bien podría servir como título de película, pues ahora que se asoman las fiestas navideñas y la consecuente laxitud social, llama mucho la atención que el mensaje, ahora sí, de personajes como el mandatario y de la jefa de gobierno vayan en el sentido de una «tardía y psicótica alarma» que habla de camas ocupadas, saturación hospitalaria y de líneas tenues de miedo, una siembra de pánico que taladra la psique colectiva y que «pronto habrá de ser curada» con la llegada de la vacuna. 

Este guion lo hemos visto, fue en el 94, año que tras la irrupción del EZLN y del asesinato de Colosio, el gobierno del entonces Carlos Salinas de Gortari elaboraron una serie de mensajes que calaron entre la sociedad, el temor radicaba entonces en que si no ganaba el PRI, entones arribarían los jinetes del apocalipsis, esta es una de las razones del triunfo de Ernesto Zedillo, un ex mandatario hoy muy cercano a Andrés Manuel, pero en aquel entonces, el factor miedo jugó a favor de un partido que no garantizaba el triunfo, más cuando frente a si se elevaban figuras como las de Cuauhtémoc Cárdenas y Diego Fernández de Cevallos, rememoremos que tras el primer debate público entre los candidatos a la presidencia en donde fue apabullado Zedillo, el jefe Diego desapareció de la escena siendo que se había erigido como el triunfador de esta contienda, pero el aparato de aquel entonces elaboró un maquiavélico plan para descarrilar al ingeniero Cárdenas, y funcionó, pues la campaña se orquesto desde la insaculación del temor entre la sociedad. 

México vivía tiempos convulsos, de crímenes espectaculares, de crisis social, por lo que no fue difícil fraguarla las historias se cruzan y hoy que el país regurgita bolos indigestos de malas noticias, todas atadas a uno de los peores gobiernos que haya pisado esta tierra, los viejos vicios de la operación política se echan a andar previo a la madre de todas las campañas. 

El estratega López Obrador sabe que si pierde el Congreso se acabará el camino de la gloria personal, por ello se vacunará con el pánico, la pandemia le favorece al llevar las riendas de la protección, se salvarán los que él decida, el temor será utilizado para calar en la parte más primitiva del cerebro de los mexicanos, a quienes no les quedara de otra que voltear a ver y agradecer al salvador de estas tierras. 

¿Por qué se agudiza el miedo ahora y no cuando llevábamos 50 o 60 mil muertos? ¿Por qué de pronto las camas se ocupan como asientos vacíos de un estadio? ¿Por qué no se lanzaron este tipo de llamados «alarmantes» cuando los muertos y contagios se multiplicaban cada 24 horas hace un par de meses? claro, no pretendo ser comparsa de ese «relajamiento» que a los mexicanos se nos da, mejor dicho, de ese valemadr… 

Mis observaciones son dudas razonables en medio de un contexto político en el cual no se me escapa el que desde el gobierno de López Obrador se hará todo lo que sea necesario para no perder las elecciones el próximo año y la pandemia, aquí sí, le caería como «anillo al dedo», pues la manipulación con aquello de una vacuna distribuida y aplicada por manos de Morena, sin duda una de las herramientas más útiles para convertir en un cambio de favores, una que en lugar de despensa a favor del voto, sea la vacuna, alimentada por el miedo, a cambio de un voto.