El 15% de las universitarias mexicanas sufre violencia de género en los centros de estudio y de mantenerse esa tendencia en sólo un quinquenio la cifra se habrá duplicado, vaticina la Doctora Mariana Morán, Presidenta de la asociación civil Equidad y Género.
De acuerdo a la especialista en Educación, el estudio Violencia de género en instituciones de educación superior, en el que se entrevistaron a 1,517 estudiantes universitarios durante 2018, el 6.1% de las estudiantes admitió acoso sexual ocasional “pero a sólo un año de esta investigación ahondamos en otros tipos de violencia en las que destacan el intento de control, solicitud de explicaciones y vigilancia por parte de la pareja y encontramos que la cifra de víctimas de violencia asciende hasta 15%”.
Para la presidenta de Equidad y Género, que cuenta con tres doctorados en Administración y Educación, este tipo de violencia simbólica escala ya a la estructural y así se presenta aislamiento o rechazo por ser de otro lugar, carreras y roles estereotipados por género, discriminación por tipo de carrera y la limitación no formal del acceso de las mujeres a algunos espacios del centro universitario.
“Burlas y humillaciones en las universidades son antesala de la violencia directa que va de seducciones a insultos, aislamiento, actitudes irónicas y violencia física que escala de empujones y cachetadas a puñetazos e incluso el feminicidio. Es importante entonces tener conciencia de que la violencia existe en los centros de educación superior y de que deben generarse políticas que empoderen a estudiantes, administradoras y docentes universitarios”, menciona Morán.
Entre la violencia contra la mujer destaca la de índole sexual que es muy difícil de dar a conocer y denunciar porque “la mayoría de las agredidas incluso no identifica los primeros signos de la violencia recibida, erróneamente creen que es un comportamiento normal”. El segundo obstáculo para denunciar esta violencia sexual es porque las víctimas experimentan sentimientos negativos como culpa, vergüenza, ambivalencia y miedo. Así, pocas mujeres logran denunciar la violencia sexual en las instituciones de educación superior, admite Morán.
La violencia contra las mujeres en las universidades es perpetrada por un hombre en 80% de los casos y son más proclives a sufrir esta conducta quienes radican en poblaciones rurales y tienen un nivel socioeconómico D o menor.
“Pero ninguna mujer puede decir que está libre de la violencia de género en los centros de estudios de educación superior. De hecho, se recrudece la conducta machista y violenta en carreras de ciencias, tecnología aplicada e ingenierías donde se asume que son campos masculinos”, refiere la especialista.
Ante esto, “es importante implementar una campaña de concientización acerca de la igualdad de género y dejar de estigmatizar preferencias educativas en ciencias y tecnología, por ejemplo, impulsar la participación femenina en prácticas académicas y generar divulgación de la igualdad de oportunidades para las mujeres universitarias”, menciona la Doctora en educación.
Para Morán, es muy importante acabar con estereotipos y prejuicios en universidades que se presuponen los sitios más abiertos y seguros para el desarrollo de los seres humanos. “Permitir, solapar o ignorar conductas anti sociales contra la mujer es atentar contra la equidad y frenar el desarrollo”, dijo la vocera de Equidad y Género.
Madre también de cuatro niños, la profesionista que ostenta cuatro maestrías y tres doctorados aseveró que la educación es el verdadero empoderamiento femenino. “Si queremos frenar la alta tasa de feminicidios debemos instrumentar campañas de información y concientización acerca del valor social, económico e ideológico de las mujeres. La educación es una herramienta inestimable para lograrlo”, finalizó la experta.
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